martes, 5 de junio de 2012

Anemia ferropénica y dieta

La anemia ferropénica se produce cuando los depósitos de hierro del organismo disminuyen, lo que provoca un descenso de los globulos rojos o hematíes. Los síntomas suelen pasar por cansancio, fatiga, debilidad y palidez.
Los bebés, niños y adolescentes (en definitiva aquellos que están en edad de crecimiento), las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y las mujeres durante el periodo menstrual, son los grupos de riesgo con más probabilidades de padecer una anemia ferropénica.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer desde el campo de la nutrición para ayudar a combatir esta patología? Hay que enfocar el problema desde dos posiciones: la conveniencia de consumir alimentos ricos en hierro y, además, la introducción en nuestra dieta de aquellos que favorezcan su absorción.
Existen dos tipos de hierro: el hemo (presente en alimentos de origen animal y más fácil de absorber), y el no hemo (lo encontramos en alimentos de origen vegetal). Es importante, para las personas con anemia, aumentar el consumo de carnes, pescados y mariscos, así como de legumbres, frutos secos, verduras y hortalizas.
Para conseguir una mejor absorción lo idóneo es combinar estas fuentes de hierro con alimentos ricos en vitamina C (cítricos, pimiento, perejil...) y no abusar de los cereales integrales, té, café, chocolate, vino tinto o vinagre, puesto que dificultan el aprovechamiento.

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