jueves, 15 de noviembre de 2012

No solo es lo que comes, sino cuándo lo comes

nutridieta.com
Una vez más los estudios científicos avalan que el momento en el que comemos determinados alimentos puede variar el efecto en lo que a ganancia de peso se refiere. Es decir, no engorda igual un bocadillo consumido en el desayuno que en la cena, por poner un ejemplo inequívoco.
Científicos de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, han comprobado cómo variando el momento de la ingesta, el aumento de peso también cambiaba. El experimento se hizo con ratones a los que se les suministraba la misma cantidad de calorías pero en momentos distintos (en el caso de los ratones, que son animales de actividad nocturna, se les alimentaba más por el día).
En el caso de los humanos la experiencia demuestra que los alimentos con mayor aporte calórico (hidratos de carbono complejos especialmente y grasas) consumidos por la noche, provocan mayor grado de obesidad que si los incluyéramos en el desayuno, por ejemplo. El refranero, una vez más, acierta cuando recomienda desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo (con dos tentempiés: uno entre desayuno y almuerzo y otro entre almuerzo y cena).

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